Tras el levantamiento del estado de alarma, y con la lenta re apertura de tiendas, entraremos en un territorio nuevo para los consumidores y retailers. La clave para todos los profesionales de Marketing será comprender de qué manera lograremos readaptar nuestras estrategias para lo que queda de este año, entendiendo este nuevo escenario y haciendo una correcta planificación para el próximo 2021.
La recuperación de los patrones de compra durará seguramente más de lo que la mayoría de los estudios indican. Los clientes ya han cambiado sus hábitos de consumo, prefiriendo la compra en línea.
Muchas empresas han logrado reinventarse y transformarse digitalmente, justo a tiempo para subirse a la ola de crecimiento de ventas en línea, estrategias digitales que no se habían implementado en dos años, lograron salir a la luz en dos meses. El ecommerce creció exponencialmente, whatsapp se convirtió en la estrella de la pandemia y marcas líderes tradicionales invirtieron dinero en Tik Tok.
Pero volvamos a los hábitos de consumo, ese cliente que ha comprado en línea probablemente tenga que volver al punto de venta físico, quizás para hacer una devolución, o un pick up de mercadería, y aquí nos preguntamos, ¿Cúal es el sentimiento que lo invade en esa situación? Lo cierto es que siente miedo y quiere marcharse lo antes posible.
Como consumidor seguramente te has preguntado: ¿A qué hora habrá menos gente? ¿Cuántas personas habrán tocado esta camisa? ¿es solidario que esté en esta tienda lo cual hace que los empleados (con mascarillas), estén pasando un riesgo? ¿Habrán desinfectado la tienda en las últimas horas? ¿Ese otro cliente, en la fila para pagar junto a mí, no está muy cerca?
A medida que el confinamiento se relaja y el mundo se adapta a la próxima normalidad, los consumidores buscarán orientación, tranquilidad y protección en los productos y marcas que compran.
De todos modos, el mundo no está preparado ni social ni técnicamente para que el 100% de los consumidores compre por Internet. Los clientes volverán a las tiendas, no es que dejarán de ir, pero sí irán menos veces. Los centros comerciales estarán absolutamente sobredimensionados en el corto plazo y deberán mutar a otros formatos para brindar soluciones logísticas a sus locatarios, así como implementar estrategias de justificación para atraer a las familias, y crear percepciones de entornos seguros, agradables, y sobre todo divertidos.
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